La ventilación es la corriente de aire que se produce al ventilar un local, mientras que ventilar se entiende al proceso por el que se renueva el aire de ese mismo local. La ventilación y por lo tanto ventilar sirven para mantener unas condiciones higiénicas y de bienestar adecuadas en el interior de un edificio, consiguiendo de este modo que sus ocupantes o usuarios tangan una estancia más saludable y agradable.

Por lo tanto, la ventilación cubre dos tipos de necesidades de los ocupantes de un edificio, por un lado la sustitución del aire y por otro su movimiento. La primera se puede considerar la más importante ya que corresponde a la eliminación del aire viciado o contaminado que se produce en el interior del edificio, debido a su uso (humedad y CO2), o a los contaminantes producidos por los productos de construcción o mobiliario. La segunda se puede conseguir recirculando únicamente el aire sin llegar a sustituirlo, permitiendo que la sensación de calor que puede existir en el interior de un recinto debido al sobrecalentamiento que se produce durante el verano, se reduzca al verse favorecida tanto la perdida de calor por convección como por el aumento de la evaporación del cuerpo. En general la ventilación más correcta que se puede realizar es la que incorpora las dos técnicas, siempre y cuando el movimiento del aire se mantenga dentro de unos límites, que no superen la incomodidad de los ocupantes del local.

La actual normativa de edificación, solamente tiene en cuenta la necesidad de ventilar la vivienda para evitar la formación de elevadas concentraciones de contaminantes y la eliminación del aire viciado, dejando sin reglamentación la parte correspondiente a la disminución de calor en el interior de los recintos. Esta normativa específica que las viviendas deben disponer de un sistema de ventilación híbrida o mecánica, eliminando definitivamente de la norma, en lo relativo a las viviendas, la ventilación natural, ya que se busca garantizar, en todo momento, un funcionamiento adecuado del sistema, evitando que se pueda producir el fallo del mismo.

Independientemente del sistema que se elija, el aire debe entrar a las viviendas a través de los locales secos (dormitorios, salones, salas de estar, etc) y circular por su interior hasta llegar a los locales húmedos (aseos, cocinas o cuartos de baño), por donde se produce su extracción al exterior. Realizando el sistema de esta forma se garantiza una renovación completa del aire interior de la vivienda, además de este modo se condiciona que el flujo de contaminantes circule de los locales menos contaminados a los que más lo están.


Fuente:  CTE DB-HS 3. Calidad del Aire Interior.

Los dos tipos de ventilación para viviendas permitidos por el Código Técnico de la Edificación son también definidos por esta norma de la siguiente forma:

Además también se define la ventilación natural como la “ventilación en la que la renovación del aire se produce exclusivamente por la acción del viento o por la existencia de un gradiente de temperaturas entre el punto de entrada y el de salida”.

En definitiva la actual normativa, únicamente obliga a la ventilación de la vivienda para la obtención de una adecuada calidad del aire interior, dejando en manos del proyectista y resto de agentes la eficiencia energética del sistema.

Webgrafría: codigotecnico.org

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